
Acostumbrados a nuestras entrevistas «express» en nuestras Píldoras de Calle, hoy os traemos la entrevista, algo mas compleja, que le hizo nuestra compañera Irene Fabregues a Jordi Flores.
Esperemos que sea de vuestro interés:
Breve Bio y trayectoria
Empecé a hacer fotos con cierta asiduidad en 2013-2014 y rápidamente me decanté hacia la fotografía de calle. Trabajar en eventos diversos, sentir curiosidad por otras temáticas e intentar buscarle sentido a lo que fotografío me ha permitido enriquecerme como fotógrafo.
Dices que en tu proyecto «territorio urbano» integras foto de calle y fotografía social, ¿Cómo las percibes por separado y en qué consiste esa fusión?
La línea es muy sutil sin embargo decantarse depende del grado de implicación. Para hacer Street solo tienes que ser hábil y aprender a leer las situaciones, para hacer foto social hay que integrarse mucho más, cuanto más mejor para garantizar el éxito de la misión. Diría que para conseguir un buen proyecto documental hay que conseguir ser uno más y dejar de ser visto como una amenaza por el colectivo que queremos fotografiar. Hay una experiencia muy interesante sobre refugiados alojados en pisos tutelados en Barcelona en la que les dan cámaras a los inquilinos y son los propios refugiados los que con cuatro ideas sobre cómo usar la cámara van documentando su día a día, ningún fotógrafo por mucho que sepa lo hará mejor que ellos a no ser que forme parte del colectivo, a eso me refiero con estar integrado.
¿Qué debe tener una fotografía de calle, para desmarcarse del tsunami de imágenes que caracteriza nuestra época?
¿Una sola foto? Una sola foto no va a explicar nada diferente a no ser que sea un momento único, irrepetible y cargado de contenido. Buscar «la foto» es una locura y reconozco que pasé por eso. Perseguir fotos intentando rizar el rizo no es nada sano, no resulta gratificante, como mucho puedes obtener tus cinco minutos de gloria y luego que!!! La cultura de la fotografía explosiva, el precio del reconocimiento inmediato, como dicen los chikos del maíz en su canción Black Mirror, «Sufrimos el presente y vivimos de ojalas, buscando siempre la aprobación de los demás…». Hay que reivindicar un cambio en la cultura de la imagen y dar valor a los contenidos como vosotros estáis haciendo desde vuestro colectivo. Buscar contenidos y trabajarlos me ha ayudado a entender que una foto aislada es muy difícil que transmita una idea de conjunto aunque cuando sale una es maravilloso.

¿Crees que una buena fotografía es aquella que habla por sí sola, o en este género, funcionan mejor los proyectos?
Está claro que los proyectos no dejan de ser conjuntos de fotos, por eso las fotos que mejor representarán un proyecto serán las más buenas, las que más contenido tengan, las que consigan un plus de carga emocional, las que conecten estéticamente con el subconsciente, así que defender el proyecto significa defender la foto individual porque de fotos se nutren los proyectos y al final son todas y cada una de esas fotos las que van a definir la mayor calidad del conjunto, y esto es tan aplicable a la fotografía de calle como a la fotografía documental y social.
Háblanos de tus salidas fotográficas: ¿Son programadas o espontáneas? ¿Te consideras cazador o pescador?
A veces me programo, como por ejemplo ahora con el proyecto de fotografía social en torno al Llobregat porque lo necesito, necesito organizarme, quedar con gente, dedicarme a trabajar un día con pescadores, otro ir al parque agrario, etc…esta semana toca conseguir que alguien se deje fotografiar en la zona nudista. Luego soy bastante flexible y eso te lo da la foto de calle donde lo más importante es tener cintura y amplitud de miras para adaptarte en cada momento. Lo que sí es importante cuando tienes una idea es tener claro lo que quieres trabajar, enfocarse bien y documentarse mucho, preguntar a las personas, etc. Sobre lo de cazar o pescar me da igual, insisto que el que se limita pierde, si uno se queda tres horas en una esquina por la que no pasa nadie hasta que pasa una persona no está haciendo foto de calle, nos está engañando y se está engañando, está creando un escenario ficticio porque aquella persona no recrea la realidad de aquel lugar, solo una fugacidad y para captar esa fugacidad habrá que pensar la foto, darle al menos la intención de sacarla del encuadre o captarla a velocidad lenta, eso explicaría algo más de ese lugar. Eso o la esquina sin más, con su carga de ausencias. Un paso importante en la evolución como fotógrafo de calle sucede cuando dejas de clasificar y te dedicas a hacer fotos sin pensar si cazas o pescas. La mayor cualidad de un fotógrafo es la versatilidad.
¿Cuáles son tus influencias?
No soy de influencias concretas, me gustan más los americanos que los europeos no sé si por la magia de ciudades como NY o el desapego de los lugares desérticos y esos personajes tan genuinos que se ven en las fotos de Egglestone, Shore, Adams, Erwit y más actuales como Meyerowitz y un largo etc, pero como soy un poco cachondo me ponen mucho Bruce Gilden y Martin Parr. Así que porqué no aprender un poco de cada uno de ellos aunque tengan estilos tan diferentes, vuelvo a lo de la versatilidad.

Un consejo para ese lector que se está iniciando en la fotografía de calle.
Siendo coherente con lo que digo que haga fotos como un loco, que pruebe y experimente los límites de su cámara que juegue con ella, con las velocidades con las profundidades, con las técnicas con las luces, que no se acomode nunca y que sepa que la diferencia está en lograr hacer la foto que uno quiere hacer y no esperar a que la foto le encuentre, eso no pasa y si sucede, pasa solo una vez…hacer buenas fotos es como todo en la vida, la consecuencia de una buena preparación. El fotógrafo no nace, se hace a base de trabajar y exponerse y el que diga lo contrario miente ;).
– Gracias por tu tiempo! el que me has tenido en vilo y el que vas a dedicar.
– Gracias a ti guapa.
– No sé si es un poco caótico, seguro que he hablado más de la cuenta.
Irene Fabregues
Para nada caótico, sino muy bien ordenado y seguro de lo que hace.
Felicidades Irene, una gran entrevista, corta y precisa en las cuestiones.
Y unos consejos e ideas muy a tener en cuenta. Gracias Jordi. La fotografía de calle es fascinante, es retadora, está llena de magia y de sorpresa. Por eso y mucho más, engancha tanto a quien la practica.
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