
Todavía existen esos pequeños (bueno, a veces no tan pequeños!) debates de si es mejor trabajar con cámaras analógicas o con digitales: por un lado están los puristas que se decantan únicamente por trabajar en analógico y desechan todo lo digital, y por contrario, están los que van a la última y buscan la mejor, y a veces mas cara, tecnología para lograr sus mejores fotos de calle.
Nosotros en cambio somos de los que creemos que una convivencia entre ambas maneras de trabajar es lo más adecuado, pero hoy hablaremos de las ventajas de trabajar con cámaras analógicas en la calle.

Valga para empezar decir que la fotografía química no es apta para nerviosos compulsivos, de esos que quieren ver en el momento el resultado de sus disparos, y subir la foto a las redes sociales automáticamente; lo cual representa una gran ventaja: nos aporta una buena terapia para acabar con la impulsividad y nos obliga a tomar con más calma nuestro trabajo. Si además optamos por llevar a cabo todo el proceso de revelado y positivado, realmente llegaremos a sentir esa magia que se va creando a fuego lento, que culmina cuando por fin conseguimos ver nuestras fotografías en el negativo y el papel… una tarea que si alguien no lo ha experimentado nunca, debería probarlo.

Por enumerar varias ventajas sobre la fotografía analógica en la calle:
- Las cámaras analógicas son más económicas, por lo que es posible poder tener varias sin dejarte los ahorros. Además, disponen de un larguísimo porfolio de ópticas diferentes a buen precio.
- Puedes jugar con la variedad de películas que hay en el mercado (y probar los diferentes colores y matices que ofrecen) sin necesidad de tirarte horas delante de un ordenador, tus ojos lo agradecerán.
- Visto lo anterior, la tendencia de hoy en día es simular a base de plugins y filtros el grano, color o texturas de películas famosas, ¿por qué no probar a utilizar esas películas directamente?
- Al igual que pasa con el cambio a objetivos fijos, la creatividad tiende a mejorar. Como se suele decir, menos es más: la falta de automatismos y mejoras tecnológicas harán que te esfuerces y, poco a poco, mejorarás.
- Romanticismo: SI, GRACIAS! Esos momentos en los que guardas los negativos, clasificas fotografías y carretes sin revelar en cajas, anotas tus comentarios… hacen que todo el proceso vaya envolviéndose de un aire romántico y que engancha!
- Poder sentir lo que grandes fotógrafos de calle han experimentado en su momento, hace que trabajar con cámaras analógicas adquiera un sentimiento especial, y sólo con pensar que maestros como Cartier Bresson trabajaban igual, le da sentido a la fotografía química. Nos mete en los inicios, nos enseña, y nos hace valorar a los grandes.
- Y por último, porque lo retro está de moda! Además, con una cámara analógica llamamos menos la atención de aquellos que les gusta lo ajeno, aunque llevemos una cámara de coleccionista no será tan llamativa y podremos meternos en medio de las multitudes, pasando más desapercibido…. Los mas ingenuos hasta pensarán: “vaya cascarria lleva el pobre hombre”

Desde La Calle es Nuestra te proponemos el siguiente ejercicio: Aparta tus megapíxeles a un lado, y déjate seducir por el mundo analógico. Enamórate de la cámara, del proceso, de los olores y colores de la química, del grano, de los defectos y falta de comodidades, y quién sabe, en un futuro podrán encontrar tus negativos dentro de una caja llena de polvo y descubrir todo tu talento… ¿a alguien le suena Vivian Maier?.
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