Hoy en La Calle Es Nuestra entrevistamos al fotógrafo documental y callejero Guille Ibáñez. Este madrileño de nacimiento y Mancuniano (Manchester) de adopción combina su carrera fotográfica con el mundo de la imagen en movimiento (es cámara y editor). Guille descubrió hace 4 o 5 años –quizás un poco frustrado por el mundillo del audiovisual– que con una cámara de fotos solo se necesitaba a sí mismo para contar una historia, incluso que se podían decir un montón de cosas con una sola imagen, casi sin contexto.
Como director de fotografía estás acostumbrado a diseñar y construir la luz. ¿Cómo marca esto tu forma de trabajo en la fotografía de calle?
Supongo que marca en el sentido de que te acostumbra apreciar la luz con todos sus matices y a ser un poquito maniático. Aun así lo que marca una buena fotografía para mí es el contenido. Si el contenido de la foto es bueno, la luz se puede obviar en cierta manera y la imagen perdura en la memoria. Pero si ya consigues mezclar el contenido y la forma…BANG!

No te interesa la fotografía de calle como una sucesión de imágenes aisladas, sino que intentas profundizar en el comportamiento humano y construir un discurso. ¿Qué es lo más te interesa mostrar?
Es que para mí lo que se da en llamar ‘fotografía de calle’ no es más que una convención un poco reduccionista que hemos heredado de los tiempos de Cartier-Bresson, etc.. En realidad lo que yo intento fotografiar son ‘momentos’, ya pueden ser momentos entre personas (o animales), momentos de luz, una mirada… o varios de ellos a la vez! Estos ‘momentos’ pueden suceder en la calle, en la playa o en casa con los niños, a partir de ahí, si que es verdad que (posiblemente debido a mi formación en el mundo audiovisual) necesito sentir que lo que fotografío se engloba dentro del marco de una historia o un discurso conceptual, sino pierdo interés. No soy fotógrafo de salir a la calle para capturar imágenes inconexas entre sí.
¿Cuál es tu técnica para aproximarte a los sujetos o temas que fotografías?
Soy un fotógrafo muy de personas y la fotografía me gusta porque me acerca y ayuda a entablar relaciones con ellas. Creo mucho en la cámara como elemento de conexión con lo que te rodea, con tu entorno. Fotografío mucho en España porque es una forma de reenganchar con mi tierra, voy allí donde haya personas haciendo algo e intento ser partícipe y observador de lo que hacen, es la mejor forma de explicarlo.

Hay una pregunta que dio el pistoletazo de salida a tu proyecto Tierra Santa y fue esta: “¿Qué queda de mi tierra en mí?” ¿El proyecto te ha obligado a conectar más con España o para un proyecto así es mejor mirarla con cierta distancia?
Creo que es una mezcla de ambas. España es mi tierra y por lo tanto tengo un conocimiento muy íntimo de sus gentes y costumbres pero creo que el vivir lejos desde hace tanto tiempo, me da una visión externa, alejada y quizás más crítica. En general, España es un sitio que me fascina tanto como me aterra, quizás por esto me genera tanta atracción.
¿Hasta qué punto es importante el color para ti?
Para mí el color es fundamental. Al principio tendía a convertir las fotos a blanco y negro pero pronto me empecé a darme cuenta que me estaba engañando a mí mismo y que estaba disimulando la mala luz de algunas fotos. Desde entonces ni me lo planteo, veo en color e intento plasmar lo que veo en color también.

¿La fotografía te ha ayudado a conocerte mejor?
Posiblemente. La fotografía es básicamente un juego de observación y a base de observar a la gente puede que me haya ayudado a conocerme a mi mismo. Es fascinante observar los similares que somos los seres humanos, da igual la raza, color, idioma, todos seguimos un mismo patrón.
¿Es Manchester una buena ciudad para la fotografía de calle?
Creo que es algo común a muchos fotógrafos, que se aburren de su propio entorno y de fotografiar el sitio donde viven. El problema en los países del Norte de Europa es que la luz tiende a ser muy plana (y el cielo blanco!!) durante mucha parte del año. La gente tiende hacer vida hacia adentro más que en la calle. Todo esto no ayuda pero Manchester tiene también su gracia y aunque la zona céntrica es un poco gris y no demasiado variada, en las afueras de la ciudad hay mucho potencial para tratar temas un poquito mas arriesgados que se acerquen un poco más al documental social, de eso hay un montón.

Has sido destacado en algunos de los concursos internacionales más importantes, ¿cuál es tu próximo objetivo?
No me marco un objetivo cercano. Hace unos años asistí a un workshop de Alex Webb en el cual repitió un par de veces algo que se me quedó marcado: ‘es sólo tras los primeros diez años de hacer fotos que descubres que clase de fotógrafo eres’ y creo que tenía mucha razón, en ello estamos. El objetivo es seguir haciendo fotos, ser constante y en el futuro, a medio-largo plazo quizás si que me gustaría publicar un libro con el trabajo que estoy haciendo en España, pero sin prisas.
Dinos tres fotógrafos de calle que admires y que te sirvan de inspiración.
El primero tiene que ser el tipo que me enseño mucho de lo que sé, Maciej Dackovicz. Pase tiempo con él en Asia y me contagió tanto su entusiasmo como su disciplina a la hora de fotografiar. Aparte de él, muchos. Trent Parke, Cristobal Hara, Harry Gruyaert, Navia, y en general todos los fotógrafos de mi colectivo OBSERVE ; )

¿Con qué equipo trabajas? ¿Qué llevas en tu mochila?
Mi cámara es una Fuji XT-2 con un 23mm (35mm) y es lo único que utilizo. Estoy tan acostumbrado a mirar a través de ese objetivo que me siento extrañísimo si utilizo cualquier otro. El 99% de todas las fotos que verás mías están hechas con esa lente. En general, intento llevar lo mínimo posible encima porque tiendo a fotografiar en sitios con mucha gente y si llevo una bolsa grande me molesta. Así que una bolsa pequeña con dos o tres baterías y una botella de agua.
¿Cuál es tu relación como fotógrafo con las redes sociales?
De amor y odio. Por un lado reconozco lo importante que son a la hora de darte a conocer y entablar relaciones con otros fotógrafos. Solo hay que asistir a cualquier Festival de Fotografía y ver la cantidad de gente que terminas conociendo porque ya erais ‘amigos’ en Facebook o Instagram. Por otro lado creo que en cierta manera han banalizado la fotografía. Hay veces que subo fotos a instagram y pienso, ‘joder después de todos los esfuerzos que he hecho para conseguir esta foto, la gente va a terminar viendo una version en miniatura, sin detalle y la olvidaran dentro de 2 minutos’. Pero bueno, supongo que antes ni siquiera podrían ver la foto! Tampoco me gusta la obsesión por el numero de likes, seguidores y la imposibilidad de desconectar. Cuando sales hacer fotos es cuando de verdad te das cuenta de la cantidad de gente que esta mirando el móvil, es increíble la adición que tenemos.

¿Qué consejo darías a los que nos dedicamos a la fotografía de calle?
Constancia y paciencia. Encuentra tu ritmo y se constante. Conozco fotógrafos maravillosos que solo salen los viernes o el fin de semana, etc… Eso sí, la cámara siempre encima por si acaso, como dicen por aquí: ‘Whatever rocks your boat, mate’. Lo que también recomendaría es mirar muchos (pero muchos!) fotolibros y aprender de los maestros. Me permito recomendar un par de ellos que he comprado recientemente: ‘ZZYZX’ de Gregory Halpern y ‘White Nights’ de Feng Li
Reblogueó esto en Irene Fabregues.
Me gustaMe gusta
Acabo de descubrir su trabajo y ya soy admirador. Fantástica entrevista
Me gustaMe gusta