Para mi es un placer traeros hoy la entrevista a un fotógrafo muy especial. José y yo nos conocimos gracias a Instagram, y desde entonces, nos hemos tomado unas cuantas cervezas juntos, en las que, además de hablar de fotografía, nos hemos contado intimidades, de ésas que sólo los que ya se consideran amigos, se cuentan. Por pasar ratos juntos, ¡hasta hemos compartido una sesión de natación!
Joselín es una persona especial y honesta, con una grandísima sensibilidad. Además, y me disculpo si soy muy reiterativo, hace fotos exclusivamente con un teléfono móvil, herramienta con la que me identifico plenamente. Para mí, es un grande.
Os dejo con él.
Preséntate para quienes no te conozcan.
José Vicente en el libro de familia, José para encuentros formales, y Joselín para los que están muy cerquita de mi. Mi hermana siendo pequeña no sabía pronunciarlo (Joselín), y me llamaba Coín. A ella le debo el nickname de mi actual cuenta de instagram, @qoinn, y muchas cosas más.
Aunque he nacido en Madrid, por mis venas corre sangre de las dos Castillas, un amor profundo a la música y a la lectura, y un odio visceral al queso y al cordero.
Dediqué a las Finanzas el tiempo necesario para saber que no me dedicaría al mundo empresarial. Después de años viajando decidí convertir mi pasión en una manera de ganarme la vida. Hoy en día soy guía turístico.
Me gusta tanto viajar como volver.

¿Qué te impulsa a hacer “fotografía de calle”?
Cuando era pequeño mi padre me llevaba los fines de semana, junto a mis dos hermanos, a recorrer los museos y galerías de Madrid. Sobre todo, al Prado. Es ahí donde nace mi pasión por las Bellas Artes, en especial por la pintura, disciplina que ha influenciado mucho en mi manera de fotografiar.
Mi tío Paco era un cura con una cámara colgada al cuello y mi tío Tobi tenía un cuarto oscuro en el que revelaba las fotos que hacía con las cámaras antiguas que coleccionaba. Esa mezcla de admiración y curiosidad me llevó a indagar y a aprender mirando. Mi formación era eminentemente teórica y no fue hasta la aparición de móviles con cámara de cierta calidad que no me lancé a hacer mis propias fotos.
Empecé con una fotografía minimalista basada en líneas simples, composiciones geométricas y pequeñas siluetas que se perdían en escenas aparentemente simples. En Instagram las bautizaron como “joselines”. Si mal no recuerdo, te lo debo a ti Luisón, y a mi buena amiga Olga.
En una segunda etapa y con el deseo de hacer algo diferente, empecé a hacer más fotografía de calle. Sentí que necesitaba acercarme a ese tipo de fotografía que tantas pasiones y emociones despertaban en mi después de observar a los maestros de la fotografía y el trabajo en Instagram de fotógrafos a los que ahora admiro, entre los que se incluyen mi amiga Orietta Gelardin.
En este momento soy el resultado de la mezcla de muchos estilos e influencias.

Revisando tu cuenta de Instagram se ve claramente que tus fotos son fruto de tus viajes. ¿Necesitas viajar a lugares muy diferentes para encontrar la inspiración? Dicho de otra manera, ¿no te sientes “cómodo” en tu entorno habitual?
Siempre me ha movido la pasión por explorar el mundo. Lo hago constantemente por trabajo y cuando puedo, por placer. Me encanta perderme por lugares nuevos y aunque me ayuda a refrescar la mente y la vista, no lo necesito para inspirarme.
En ocasiones es cuando regreso a Madrid o incluso a mi pueblo, Campo de Criptana, cuando hago las fotos que no he hecho en mis viajes.
Te conozco personalmente, y sé que eres una persona con gran sensibilidad, lo cual, para mí, se traslada a tu fotografía. ¿Qué es lo que te llama la atención cuando fotografías la calle? ¿Qué tipo de escenas intentas capturar?
Si analizara mi fotografía desde los comienzos, podría decir que la soledad es un tema recurrente en mis fotos, aunque depende de mi estado de ánimo. A veces saco mi lado más ácido y retrato escenas desde el humor. Al final son mis emociones las que filtran lo que ven mis ojos.
No salgo a la calle buscando nada en concreto, siento que las imágenes vienen a mi, aunque soy más proclive a percibir imágenes que pueden destilar cierta tristeza, soledad, melancolía… Otras veces, encuentro localizaciones interesantes, luces que me atrapan y me detengo porque sé que algo puede pasar. Es una mezcla entre improvisación y paciencia.
Lo que es indudable es que me abstraigo de la realidad con tanta facilidad que me puedo convertir en un pésimo compañero de paseo. Camino, me detengo, cambio de dirección, vuelvo atrás, corro de repente… Eso sí, siempre con el móvil preparado.

¿Haces fotos de calle con regularidad? Lo pregunto porque compartes tus fotos en tu cuenta de instagram con mucho espacio de tiempo entre foto y foto. ¿Este hábito lo trasladas también a tu actividad en la calle, o disparas con regularidad?
Me atrevería a decir que mis mejores fotos no están en redes sociales. Soy terriblemente indeciso e inseguro. Puedo ver con claridad las fotografías en mi mente, pero luego me resulta difícil ver el resultado, así que me cuesta elegir una foto para subirla a Instagram, y cuando lo hago es llevado por un impulso, sin conseguir que sea un hábito. Debería tener más constancia y disciplina en mis publicaciones, pero es cierto que disfruto más haciendo fotos que compartiéndolas en redes. Me cuesta ver mis fotos, valorarlas… Muchas veces es como si tuviera la necesidad en encontrar pistas para entender mis fotos en otras fotos. Es por eso que consumo mucha fotografía.
Pueden pasar meses sin subir una foto o sin enseñársela a alguien…pero no hay ni un solo día en que no haga fotos
Tengo una particular tendencia a entrevistar fotógrafos que usan el teléfono móvil como herramienta principal, o en tu caso, como única herramienta. ¿Por qué disparas con móvil, y no con otro tipo de cámara?
Encontré en la inmediatez de la cámara del móvil la herramienta que necesitaba. No sé manejar la cámara analógica ni digital, así que exploro y exprimo la cámara de mi Iphone al máximo.
El móvil me proporciona la agilidad y rapidez que requiere el tipo de fotografía que me gusta hacer. Siempre me digo que tengo que probar con otros dispositivos para hacer fotos, pero nunca encuentro el momento, o quizás nunca quiero encontrarlo.

Usas principalmente la app Hipstamatic* en tus disparos, lo cual confieren a tus imágenes una atmósfera muy especial. ¿Por qué? ¿Te sentirías igual de cómodo con la cámara nativa de tu iPhone?
*(Para quienes no conozcan Hipstamatic, conviene decir que es una app que permite combinar tipo de lente y tipo de carrete, y que de esta combinación dependerá el aspecto final de la foto)
Apenas edito, más bien hago una pre-edición. Cuando veo una escena que quiero fotografiar, veo con claridad en mi mente cuál podría ser el mejor resultado, elijo las herramientas de la App rápidamente y disparo.
Hisptamatic me ofrece la atmósfera que necesito para mis fotos, especialmente en blanco y negro, con las texturas y el grano que mejor reflejan el resultado que quiero. Otra de las cosas que me permite Hipstamatic es que en un sólo disparo consigo por un lado los efectos y por otro guardo la foto original para poderla manipular de manera independiente si fuera necesario.
Para terminar, la pregunta habitual: ¿qué consejos darías a todo aquél que se quiera iniciar en la fotografía de calle?
No diré nada nuevo: Observar. Observar tanto el trabajo de otros fotógrafos como todo lo que nos rodea. Explorar, caminar, perderse y fotografiar todo aquello que llame nos llame la atención.
Y algo muy importante: sonreír. Sobre todo si fotografía a alguien. Una sonrisa crea empatía, confianza y muestra respecto a personas que normalmente son fotografiadas sin previo aviso.